I'd like you to have a look a the following letter I have copied from the excellent architecture blog, http://www.stepienybarno.es/blog/. It appeared two or three weeks ago, and our little architecture world in the internet, immediately went on fire with comments, answers and all type of opinions about what the letter exposes. Its certainly a tough experience but I think it's worth thinking about it...
“A quien corresponda.
Durante mis últimos años de universidad trabajé en varios estudios de arquitectura y digo trabajé y no hice prácticas, pues a pesar de que en mi contrato figuraba el puesto de becario, mi día a día consistía en sacar trabajo adelante como si fuera un arquitecto más.
Así, trabajando y estudiando, la carrera se fue alargando más de lo deseado y pude sacar el título de arquitecto al borde los treinta. A partir de ahí, y en plena crisis, intenté buscar trabajo en varios estudios de arquitectura. Cientos de cv enviados, pocas respuestas recibidas y algunas de ellas, que me proponían trabajar gratis, mejor no haberlas recibido. Por ello, y muy a mi pesar, acepté trabajar como falso autónomo en un estudio que tenía el pequeño aliciente de ser de los de las revistas. Los jefes eran majos y el trabajo no estaba mal, pero con mil euros al mes (a los que había que descontar seguridad social y tal) justo me daba para mantenerme precariamente.
Aun con todo, y pensando desde las tripas, decidimos traer nuestro primer hijo al mundo, una maravilla de bebe que pone luz en toda esta oscuridad. Por supuesto, no tuve ni baja por paternidad ni nada que se le parezca. También decía que mis jefes eran majos, pero todos los días trabajaba más de 10 horas y muchos fines de semana tocaba ir a terminar algún concurso. Así que, diremos que eran relativamente majos. Todo hay que decirlo, ellos pringaban como los que más.
Pero la crisis no perdona y ellos también se quedaron sin encargos y tuvieron que cerrar el chiringuito. Por supuesto, lo único que recibí en la despedida fueron buenas palabras, una palmadita en la espalda y, con una mano delante y la otra detrás, volví a buscar lo que fuera.
Así, sin paro ni subsidios, pasó un año, en el que trabajé de camarero para llegar a fin de mes y llegó el momento en el que nos planteamos irnos del país. Mandamos curriculums a medio mundo y al final decidimos irnos a Londres.
Nuevamente, tuve la suerte de encontrar rápido trabajo, eso sí, en un supermercado y poder sobrevivir durante medio año. Es cierto que, había muchas más ofertas de trabajo, pero mi perfil parece que no encajaba. Arquitecto que tardó más de 10 años en terminar la carrera, sin ningún master ni nada que se le parezca y con más de cuatro años de experiencia laboral que, evidentemente, no podía demostrar de ninguna manera; así que, a efectos prácticos, cero años de experiencia profesional.
Por lo tanto, después de hacer varias entrevistas, sin llegar a trabajar en ningún estudio, decidimos probar suerte por otros lares. De hecho, esta carta la escribo desde Brasil, estando recién llegados y sin tener ni idea de qué va a ser de nosotros. Dicen que hay más oportunidades, aunque, la verdad, estamos muertos de miedo.
Ah! y eso de que somos arquitectos e ingenieros, suena muy bonito, pero cuando se lo contaba a los ingleses, en las entrevistas de trabajo, me preguntaban que dónde estaba la homologación que lo corroborase. Evidentemente, en ningún sitio.
En fin, muchos años de esfuerzos, de sacrificios, de darlo todo por la arquitectura, para acabar siendo expulsado, de malas maneras, perdiéndose, quizás para siempre, toda la inversión que se realizó en mi formación. Ahora, si hay suerte para mi, otro país se aprovechará de ello, de mi formación y de la de miles como yo. A buen seguro que, no hay nada tan caro para un estado como que toda una generación nos tengamos que ir a ganarnos la vida fuera.
Me despido ya, recordando que estas letras las he escrito yo, pero podían estar escritas por otros miles de jóvenes españoles que, hoy, nos acordamos de todas las medidas políticas tomadas para rescatar a un país, o por lo menos a los bancos de este nuestro país: españa. *”
* Nos hemos permitido esta licencia literaria para situar en una ficticia primera persona una evidente y dura realidad.
Toda una realidad... aunque no hay que ser pesimistas (No se puede ir derrotado a la gerra) hay que buscar las oportunidades y algunos tendran que levantar esta situacion, no va a ser de por vida estar en el agujero...
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